BASILICA DE LA INMACULADA CONCEPCION

 

CRONOLOGIA DE LA BASILICA DE ELORRIO

AÑO         CONCEPTO

1356  Fundación de la villa

1464  Comienzo la construcción de la Iglesia

1467  Primera mención de una ermita: la de San Fausto

1467  Hospital de Santa Ana

1493  Unión parroquias de San Agustín y Elorrio

1506  Comienzo construcción de las  naves laterales de la Iglesia

1506  Cruz de Santa Ana

1522  Cruz de Kurutziaga

1530  Reparto de sepulturas en la Iglesia

1540  Portico abierto a la Plaza

1545  Constancia de la existencia de las ermitas actuales

1560  Pascual Iturriza asume la cubrición con bóvedas de la Iglesia

1560  Pedro de Masagor comienza a asentar el retablo

1566  Colocación de las vidrieras en el ábside por Juan Flamenco

1566  Juan de Elexalde pinta la greca superior que recorre la Iglesia

1569  Maese Joan adoba las águilas de bronce del presbiterio

1570  Miguel de Ojanguren y Juán de Arrieta levantan el coro de madera

1573  Fiesta de la Virgen del Rosario

1571-1585   Cubrición de las naves laterales de la Iglesia

1596  Altares de San Pedro y Mayor en el presbiterio

1622-1627   Sustitución del coro de madera por el de cantería

1626  Cementerio en el exterior de la Iglesia, junto al ábside

1630  Retablo de San Gregorio

1655-1679   Ampliación del pórtico

1661-1672   Erección de la torre parroquial

1666  Enlosado parcial de las naves de la Iglesia

1672  Cofradía de la Virgen del Rosario en la parroquia

1673  Domingo de Lariz dona la corona de la Purísima

1682  El Visitador del Obispo de Calahorra insta a terminar el retablo

1682  Reforma de las gradas del Presbiterio

1693  Construcción de las gradas del pórtico a la Plaza

1695  Reparación de bóvedas en la sacristía

1705  Lienzo de las Animas, por Lucas Valdés Leal

1714  José de Alkorta reciibe el encargo de diseñar el retablo central

1720-1750  Penuria económica y estancamiento de la obras parroquiales

1728  Ruiz de Azkarraga levanta el camarín

1729  Barahona y Ontañón contratan las esculturas del retablo

1730  Retablo de las Animas, de Gonzalez Matauco

1734  Alkorta tiene ya dispuestos dos cuerpos del retablo

1750-1790   Llegada de capitales de América

1751  Nuevo encajonamiento de las sepulturas en la iglesia

1757  Retablo de las Animas y San Gregorio en ubicación actual

1754  Apeo del retablo de Alkorta y contrato con  Diego Martinez de Arce

1756  Apertura ventana circular sobre el Coro

1758  Silvestre Soria culmina el retablo central y se desmontan los laterales

1758  Silvestre Soria se encarga de los retablos de San Miguel y San Pedro

1759  Ariznabarreta talla el Tabernáculo

1759  Foncueva dora los retablos del Rosario y San Andrés-

1762  Juan de Munar trabaja las  esculturas del retablo de San Miguel y de San Joaquín y Santa Ana

1762  Silvestre Soria diseña la cajonería de la nueva sacristía, tallada por Kapelastegi y Burgía

1794  Apertura de los óvalos (ventanas circulares) en la nueva sacristia

1765  Jimenez Echevarría procede al dorado del retablo

1776  Ariznabarreta labra el arco del Camarín y Villalonga lo pinta

1827  Nace Valentin de Berrio-Otxoa

1861  Martirio de Berrio-Otxoa por decapitacion

1904  Repintado de capiteles de los pilares a cargo de Casimiro Arieta- Orbe y Pedro Gallastegi

1905  Beatificacion de Valentin de Berrio-Otxoa

1925  Colocación bancadas de piedra entre el pórtico y la plaza

1988  Canonización de Valentin de Berrio-Otxoa

2010   Limpieza y consolidación Retablo Mayor, S.Miguel y S.Pedro

2011   Limpieza y consolidación Retablo S. Andrés y tornavoz izquierdo

2012  Consolidación techumbre del Camarín

2012  Limpieza y consolidación Retablo del Rosario y tornavoz derecho

2012 Consolidación pila agua bendita

2013  Limpieza y consolidación del Retablo de las Animas

2014  Limpieza y consolidación del Retablo de S.Gregorio

 

 
1.- Antecedentes 
 

        El Concejo de Elorrio llega a conocer que la casa de Ibarra no tenía el  título de patronato de la Iglesia de San Agustín; no obstante se llevaba, cada año, la merced, los réditos y prebendas: esto es, ocho mil setecientos maravedís además de otros veinte mil que correspondían a los beneficiados de la misma, lo que redundaba en un servicio religioso deficiente y malestar creciente entre los mismos.   

Por otro parte, la población de Elorrio se había incrementado notablemente, su mercado era punto de cita de gentes del valle de Martza, de Apatamonasterio e incluso Abadiño; y acudían vendedores de Tabira, Elgeta y hasta de Bergara.   

Al proyecto inicial de explanar sólo lo necesario para la iglesia se sumó, la misma labor para todo el terreno contiguo, con lo que se lograba así un amplio espacio que llegaba hasta el río, repoblándose con roble su margen izquierda .   

En esa nueva explanada se edificaría el primer ensanche: frente a las murallas, y dejando un espacio libre suficiente, se edificarían dos viviendas habitadas por las seroras de la iglesia,   que serían demolidas en 1591;   

Y entre el río y el Portal de San Juán, se levantaría otra torre, la de Marzana, que limitaría la plaza hacia el rio; y en el extremo opuesto, en la prolongación extramuros de la calle del Campo, se levantaría más  tarde la de Pedro de Arabio, origen del actual Palacio homónimo. Entre ambas torres y las citadas casas de las seroras, la plaza, que daba solución de área libre y lugar de reunión durante todo el siglo XVI. Esta plaza, sería luego frontón hasta los años treinta del siglo XX, cuando se construyó el actual.     

 

2.-Las obras de la iglesia   

Como  reza  la  lápida  embutida  en  el  ángulo  noreste  de  la fachada abierta a la plaza de la villa, “ Esta Iglesia fue edificada del nacimiento de Cristo de 1464 años a 8 de diciembre. Item principiáronse las capillas año de 1506, a 6 de junio”.

 

                

         

                                                              Lápida original       

       

No  sin  oposición,  por  cierto,  de  Juán  de  Ibarra,  que  trata  de impedirlo alegando que sus antepasados y él  mismo  llevaban cuanto pertenecía a San Agustín, basándose en supuestas mercedes reales anteriores.   

En 1464 comienzan las obras de la nave central, de casi 30 metros de altura,siguiendo las pautas edificatorias del gótico tardío, estética a la que pertenecen sus dos portadas: el ábside se inicia junto al camino a San Roque

   

         Nervaduras, pináculos, medallón  y angel alado del presbiterio, ocultos tras el retablo
                                            (Cortesía de Equipo7 Restauración) 
 

                    Poco a poco se inicia lo que será la base, avanzando luego lentamente hacia el oeste, hacia el espacio amurallado. La portada abierta a la plaza se debió concluir antes de la occidental y al mismo tiempo se levantó el presbiterio y prácticamente, cuarenta años después estaba ya techado de madera y parcialmente abierto al culto un sector reducido de la misma, en el interior de la nave central actual, iglesia “muy sontuosa donde el pueblo suele  oir  los  divinos  Oficios”.  Sin  embargo,  su  cubrición  sería  aún  de madera, por cuanto el abovedamiento se ejecutaría en la primera mitad del siglo XVII.       

                    La segunda fase de construcción, la elevación de las naves laterales, comenzadas en 1506 se encuadra dentro del estilo renacentista,  mientras  el  cubrimiento  abovedado  corresponde  al gótico.  

                                                    

                     Las paredes interiores del edificio permiten apreciar dos fases en su construcción: la inicial, de sillares bien labrados y piedra de calidad bastante homogénea;  y la segunda,  dominada por mampostería variopinta: a la altura del retablo de San Gregorio, y en el tramo comprendido entre el de las Animas y la cancela que da  a la plaza, tal diferencia se aprecia con nitidez. Posiblemente , hacia 1550- 1560 se decide variar el proyecto de construcción gótico inicial y seguir las tendencias renacentistas, con la construcción de los cuatro pilares que separan la nave central de las laterales , y elevando estas a la misma altura que la central. Sin embargo, la cubrición del edificio optará por el modelo gótico, asombrosamente complicado en nuestro caso. La  gran  luminosidad  de  su  interior  viene  dada  por  la elevación de las tres naves, que contra lo establecido en el proyecto original, se realizan de igual altura, abriéndose al exterior mediante ventanales de medio punto, con parteluz jónico, dispuestos junto al arranque de las bóvedas.  No  tenemos  constancia de  los  responsables directos  de la construcción: tracistas, canteros, albañiles, carpinteros, etc., por cuanto el Libro de Cuentas parroquial (Libro de Fábrica) comienza en 1530, habiéndose extraviado el anterior. Y el  reparto del espacio de sepulturas en el interior del templo, efectuado   tal año permite conocer algunos pormenores del edificio:   la grada que separa el presbiterio del lugar ocupado por los fieles, con separación de hombres y mujeres; portada de la plaza como acceso principal , lo que entraña la denominación de plaza al espacio conocido hoy como tal “comenzando de la portada mayor que esta a la plaza “; portada norte acabada;  vaciado previo de las sepulturas anteriores, a lo largo de toda la nave, “fasta la portada que esta abaxo, començando ´dela grada”: lo mismo se hizo en la nave izquierda, “començando de la dicha grada fasta la puerta que esta al choro”.  Se reserva espacio “para los curas y clérigos de la dicha iglesia dos sepulturas la una dentro de la nave y la otra junto a ella en la capilla que esta más arriba junto al altar de Sant Lazaro”.  

                Por cierto que esta última se ubicaba justamente frente al actual retablo de la Virgen del Rosario, en el acceso de la sacristía primitiva a la nave de la Epístola.   

                En la primera fila se disponen seis sepulturas correlativas, dejando el espacio de “la 7 y 8 quedan para el camino. La primera fila comenzaría donde hoy lo hace el piso de madera, si bien la primera sepultura se localizaba junto a la pared y se reservó el espacio de otras  dos  para  el  paso  de  los  feligreses,  pasando  estos  entre  la sepultura 6 y la primera columna del lado del evangelio ;   

                Sigue el reparto de las sepulturas 9 a la 18, dejando luego “las dos siguientes a la iglesia para el camino”, que debe ser el pasillo central; luego se disponen otras ocho, y “la 29.30.31.32 quedan para la iglesia” y otras seis más a continuación: en total, 34 espacios de enterramiento en la primera fila. La segunda fila muestra la reserva de la sepultura primera para “que en este se haga un pilar”: corresponde a la columna adosada a la pared norte a la altura de la primera columna exenta. Se ocupan las restantes, dejando la 7 y 8 para “el camino”, al igual que en la primera fila: “La 11.12.13 a la iglesia para el pilar”,  sigue espacio para otras cinco y las “19.20 para el camino” ocupadas por el pasillo central; continúan las sepulturas, reservándose las “25.26.27 para el pilar”, que corresponden a la primera columna del lado de la epístola.   

                Resulta de interés la redacción de esta segunda fila por cuanto nos señala que la pared lateral que da a la plaza debía estar levantándose al indicar que en lugar de la primera sepultura se haga un pilar; de igual modo, la reserva de seis sepulturas para sendos pilares se refiere a las dos columnas delanteras que debieran estar  ya proyectadas y cuya base queda exenta del reparto. Lo mismo en todas las filas, hasta nueve. 

                De todos modos, tal espacio de enterramiento plantea algunas interrogantes:  la  primera  fila  se  alineaba  justamente  delante  de  la primera columna y el espacio hasta la grada del presbiterio   era muy amplio. A no ser que por su altura se accediera a él mediante grada de muchos escalones, como puede interpretarse de la recomendación del visitador episcopal que a fines del siglo XVII aconseja su ampliación y rebaje de altura. Y aunque en espacio tan amplio se localizara la pila bautismal que será objeto de cierre mediante verja de madera, aún sobraría mucho espacio. Posiblemente se instalarían en él bancos para hombres y la separación entre sexos se efectuaría en adelante entre espacio sin sepulturas, reservado a los hombres, y con sepulturas, dominio de la feligresía femenina.    

                   Las   obras   continuarían   durante   todo   el   siglo   XVI:  desde1560,Pascual de Iturriza, de Mutriku, que ya había trabajado en la capilla mayor de la Iglesia de la Asunción de Soraluze(1541), se hace cargo del cambio del tejado, de madera, por las bóvedas de crucería al tiempo que se decide elevar las naves laterales a la misma altura de la central; ello supone un  cambio  en  lo  que  debió  ser  idea  original  de  edificio  de  naves escalonadas; y   en 1566, levantadas las paredes y sus contrafuertes exteriores,  al  menos  en  lo  correspondiente  al  ábside  se  pondrán  las vidrieras, encargadas a Juán Flamenco, vecino de Bermeo, por Antón Perez de Urkizu; y se pintan las claves de piedra del   tramo de bóveda  del presbiterio por Juán de Elexalde, autor también de la leyenda que corre en lo alto de los muros, bajo la balaustrada. El entallador Pedro de Masagor comienza, en 1560 a asentar el retablo primitivo.   

                A la muerte de Iturriza, Andrés de Mendraka llevará la responsabilidad de las bóvedas de la nave central desde 1571 a 1585  y le sucederá Maese Martín de Homar, que se encarga de la cubrición de las naves laterales. Por cierto  que en estos años se utilizan una grúa metálica   para levantar materiales , siendo necesario algunos arreglos en la misma en 1578. Al mismo tiempo que Andrés de Mendraka se responsabiliza de las bóvedas de la nave central, desde 1570 los carpinteros Miguel de Ojanguren y Joan de Arrieta se encuentran levantando el coro de madera y son numerosos los aportes de vecinos de madera para el mismo;    en 1595 Martín Ruiz de Zubiate realiza postizos, de madera, policromados de las claves de las bóvedas de la nave central: poco después,   en   1597, el cantero Antón de Olalde contrata el suministro de piedra tova de la cantera de Estakasolo, en Miota para las bóvedas de las naves laterales, que debieron terminarse hacia 1625, pues dos años antes se documenta el último remate de piedra toba para las mismas.   

 

 

   

 

 Tabernáculo (Ariznabarreta, 1759)

.             A partir de esta fecha, las obras se aceleran: llegan partidas desde Buenos Aires  ,  Tucumán  ,  Cartagena de Indias, Lima y Cadiz  que ermiten  imprimir  nuevos  bríos  a  la   obra   inacabada.  Así,    el bilbaino Manuel Villalongín dedica tres largos meses a pintar el Camarín  de la Virgen y se buscan  los  servicios  de Silvestre Soria.   La   llegada  de  Soria  sería  decisiva:  propone  desmantelar  lo construido y levantar un nuevo retablo.  Los días 5 y  9  de Marzo  de 1.754  fueron trascendentales: en  sendas  y largas sesiones se discutió la opinión de Soria, adoptándose finalmente la decisión de desmontar lo ya construido, y contratar con Diego Martinez de Arce el trabajo definitivo en Octubre de 1754, Las obras avanzan de nuevo, aprovechándose del desmontado las cuatro columnas salomónicas del segundo cuerpo, culminándose en 1758, al tiempo que se desmontan los retablos laterales anteriores para que Silvestre Soria ejecute los nuevos, dedicados a San Pedro y San Miguel, que se ubicarán a derecha e izquierda del nuevo. De esta  manera,  el  ábside  queda  casi  totalmente  ocupado  por  los  tres retablos, armonizando perfectamente el central con los laterales. Los laterales desmontados son los actuales de San Andrés y la Virgen del Rosario, desplazados del presbiterio a su emplazamiento actual. 

 

  

Columnas salomónicas y altares del Rosario y San Andrés

                 En  Febrero de 1.759, Antonio Jimenez y  Etxebarría, de Mondragón , ajusta el dorado del retablo mayor. Pero el dinero se debía    de    haber acabado, por cuanto el comienzo   del   trabajo previsto para el 19 de Febrero se    pospone    y    se    retrasa    hasta    1765, cuando mediante donaciones  del  Marqués  de  Montehermoso  (6.000  reales,  a 1.000  por año),  ,  Agustín  de  Gastea  (1.000  reales)  y  Juán  de  Garai  (20.000 reales),  y  la  aportación  deotros 6.000 (1000 por año) por parte de la fábrica de la Iglesia, se ajusta con el  citado  Antonio  Jimenez  el  dorado del  retablo  por  importe  de  85.000 reales.    Ciertamente  no  debió  de ser    la  económica  la  única  causa  del  retraso  en  el  dorado          por cuanto, paralelamente, surgen   voces   que intentan   adecentar  primero las paredes del ábside, lucirlas y blanquearlas, a fin de que no   sufriera el dorado si el enlucido    fuera    realizado    con posterioridad al dorado. Y surge otra discusión: la necesidad de lucir    y blanquear las paredes del  templo o lucirlas y   rayarlas semejando   sillería. Se   adopta   esta última    propuesta  y      en      Septiembre  de  1.760  el  rayado está  ya acabado. Juan de Munar labrará  las  esculturas  de  San  Miguel  y San Gabriel(1761-1763),   en   el colateral  correspondiente,  así  como  las de San Joaquín y Sta. Ana en el ático. 

 

 

 

    San Miguel (Munar, 1761)             San Pedro (?)             San Juán Bautista (Ontañón,1732)

 

                                       

                  Retablo Mayor (Olaizola, Alkorta, Martinez de Arce, Soria,1714-1758)
 

               Con la erección del actual Retablo Mayor, la pared del ábside queda oculta en su totalidad: sin embargo, a la altura de la imagen de San Juán  Bautista existe una mímina portezuela que permite acceder a la parte posterior del mismo y contem plar sendas cabezas de ángeles alados, de 1.20 metros de extremo a extremo, así como pináculos dorados , uno de ellos representando la Virgen con el Niño.

              Los   feligreses   protestarán  en  numerosas   ocasiones   por cuanto   el   ábside estaba lleno de andamios que   dificultaban   el seguimiento de los oficios.  Y aunque la solución,  hasta tanto se comenzara y terminara el dorado pasara por desplazar el culto  a la  capilla  del Rosario,  la incomodidad que tal  medida  supuso obligó a la retirada del andamiaje a instancias de la presión popular.  Mientras tanto, el escultor Juan de Munar, ejecutará las imágenes de San Miguel y San Gabriel a cambio de  algunas primicias que  debía a la Iglesia Parroquial. Ejecuta también  algunas otras esculturas, como las de San  José  y San  Antonio  de  Padua, así  como  trabajos  menores  en  los ángeles que rodean a  la Purísima y en los altares de San Miguel y San Pedro.

                  Finalmente,  Jimenez  y  Etxebarria, de  Mondragón,  comienza  a dorar el  retablo  en 1.765 para acabarlo dos años después , con la ayuda de Antonio Ruiz Gomez: por cierto que en el retablo mayor, en su tercer cuerpo, hay un graffiti del citado Ruiz Gomez.   En la labor se emplearon 385.000 panes de oro y 2.500 de plata. Y al año siguiente, Manuel Ariznabarreta   labra los tornavoces de los pulpitos. Por su parte, Luis de   Foncueva   había dorado, en 1759 los retablos del Rosario y de San Andres. El mismo Ariznabarreta tallará el Tabernáculo y los marcos de los cuadros de la Anunciación y Natividad, a la altura del coro, marcos dorados en 1798 por Ruiz Gomez y Manuel Fernandez.  Ahora, por fín, el retablo está completo y acabado: desmontados los problemáticos andamios , resplandece en todo su esplendor.   

 
 
 
 Detalles, curiosidades y enigmas  
 
              
 
 Sagrario (?) sobre Ostensorio    “Un choque de mano , un  choque de mono, Casimiro de Arietaorbe en 1904”  
      
 

             Algunos capiteles de las columnas llevan la firma de quien los limpió en 1904, con motivo de la construcción del Altar de San Valentin de BerrioOtxoa. Junto al citado Casimiro de Arietaorbe, que, en una ocasión, fija su domicilio en “Kurutzeaga nº 4”,  en otro, “Pedro Gallastegui San Fausto 14.Año de 1904” hace también constar su participación 

               

  
 
                                                                   Detalles de capiteles               
 
 
        
 El Camarín y  la imagen de la Inmaculada Concepción  
 
 
 La Inmaculada
 
 
    Detalle coronada 
 
 

                 En el interior del segundo cuerpo del retablo y rodeada de cuatro querubines descansa la imagen de la Purísima Concepción con  la  luna a sus pies y apoyada en   cabezas  de   angeles.   Dos querubines   más le ofrecen un manojo de plátanos y una maqueta de edificio circular, posiblemente un exvoto.  Una aureola de rayos rodea  su  cuerpo  mientras la cabeza soportaba  corona  envuelta toda ella por aureola de doce rayos acabados en estrellas: por razones de seguridad, hubo que desmontar la aureola citada. Tras la vidriera trasera se encuentra el Camarín, que se levantó en 1728 con piedras de la demolida “Errege Etxe”, almacén real de armas desde 1595, por Ruiz de Azkarraga, quien se encarga también del pedestal del primer cuerpo del Retablo Mayor y del arco del Camarín 

     

                           Vidriera del Camarín y detalles del mismo
 
             

           El pedestal sobre el que se levanta la imagen de Maria Inmaculada es giratorio con objeto de poder volverla de espaldas a la nave central y rendirle   culto en el altar del camarín, hoy en desuso, que existe tras la vidriera.  La parte posterior de la vidriera, de Raimuindo de Zabalo, aloja un arco, revestido de pan de oro, trazado por Manuel de Ariznabarreta y decorado por Manuel de Villalongín, labrado en 1776, con la leyenda:  Conceptio tua, Dei genitrix virgo, gaudium anuntiavit universo mundo" ( Tu concepción, Virgen madre de Dios, anunció alegría a todo el mundo") -           

          La imagen de la Virgen plantea incógnitas: su aspecto general hace que  podamos  datarla  en  el  siglo  XVIII  a  juzgar  por  las  florecitas  y puntillas tela pegadasy la pedrería que ostentan sus ropajes. Pero hay detalles dorados de papel que parecen brocado, técnica de moda a fines del siglo XV y comienzos del XVI: procedimiento muy costoso por otra parte.   

        Con una altura de 180 cms., la imagen muestra a la Virgen embarazada, al recurrir a un lazo azul en la cintura, propio y característico de la iconografía mariana en estado de gravidez, color que se repite en el manto, habitual en la iconografía sevillana de la Inmaculada. 

            Detalle del cinturón azul de la Inmaculada      

            Idealizada, equilibrada, serena, suavemente modelada, y transmitiendo dulzura, belleza y equilibrio, en actitud  orante, con  la  cabeza  muy ligeramente  ladeada  y abundante melena: en su indumentaria el manto va casi a cruzarse por delante de la figura, dejando descubierta la túnica en el hombro derecho y el borde inferior izquierdo, aspectos bastante habituales en la iconografía sevillana.   

 
                               Inmaculada (Detalles)

            De  ahí  que,  ante  la  ausencia  de  documentos  que  –  hasta  el momento- demuestren su cronología y autoría, proceda tal vez de un encargo por parte de alguien de alto poder adquisitivo:¿ de Sevilla o Cadiz quizás? Porque las contribuciones locales para la fábrica de la Iglesia, el coro o la torre se muestran a todas luces insuficientes para cubrir los gastos y la técnica del vestuario denota costo notable. De todos modos, consta que la corona es una donación de Domingo de Lariz, con motivo de su testamento, en 1673:  

        “En agosto de 1673 los yangüeses recibían de Láriz 250 marcos de plata labrada y un cajoncillo rotulado “al capitán Juan de Arespacochaga”, de 2/3 de alto y media varade ancho, en que iba una corona de plata sobredorada con su diadema para Nuestra Señora de la Concepción, de la villa de Elorrio, junto con ornamento verde damasco deotro cajón. Los llevaría a Elorrio, donde se entregaría a Diego de Urquizu el de plata  y los otros dos de la Virgen.” 

 Corona de plata sobredorada donada por Domingo de Lariz (1673) 

                Corona donada por Lariz (1673)

 

     

   Otros altares 
 
 Altar de San Valentín de Berrio-Otxoa
    

            El  mosáico-altar  de  San  Valentín  ocupa  el  tramo  central  del lienzo   meridional, donde antes se abría una puerta simétrica con la que da a la Plaza,  es  una  muestra  de exotismo absolutamente fuera de lugar en el contexto basilical.   

            Su  erección   surge  a iniciativa de  la  Diputación   de Bizkaia con motivo de la beatificación del martir elorriano, el 10  de  Mayo de 1.906. Pero ya desde Junio de 1.885   sus restos se encontraban en la Iglesia de la Purísima de Elorrio, en un  sencillo sepulcro de piedra situado al  lado del Evangelio junto   al   altar mayor.   Sobre   la   tumba, el báculo   y   mitra episcopales y la palma de los mártires. Solamente en una ocasión, el   15 de Septiembre de 1905, se abriría el sepulcro para  sacar algunas reliquias y enviarlas a Roma junto con el expediente  de beatificación.   

            Instruido el proceso de beatificación, las reliquias se  recogieron  en una  urna  de  plata  maciza,  costeada por suscripción  popular, y tras una solemne   y  excepcional   procesión  publica,  el  15  de  Julio   de  1.905 volvieron al recinto eclesial.     

 Urna 

            El   concurso   convocado   por   la Diputación    vizcaina    se   falló   a favor       del proyecto    presentado     por   los         arquitectos bilbaínos   Manuel Maria Smith  y Marcelino  de Arrupe   quienes   diseñaron   y dirigieron la obra, que debió culminarse en 1909. Al mismo tiempo se aprovechó el estado de obras para picar las columnas, labor ejecutada por Larrañaga y repintar los capiteles, a cargo de los citados Arietaorbe y Gallastegi. 

       

                                          Detalles mosáico altar de San Valentín

        Sobre  un  fondo  de  mosaico  construido  por  la  firma parisina "Fachinna   y Maumejean" y que representa la escena   del martirio por decapitación en su parte superior en la  inferior, separada por nubes de la primera . un disco solar envía sus rayos en todas direcciones. El mosaico termina, por abajo, en un lienzo de marmol blanco.      

        El altar, de marmol, situado en medio, adopta la forma de pagoda camboyana,piramidal,  con  su  cúspide  dividiendo  en  dos  la  escena    del martirio.  La base aloja un nicho donde  reposa  una imagen  yacente  de San  Valentín, con el  ara  inmediatamente encima  y un sagrario tallado con encajes orientales.    Un  primer cuerpo escalonado  da paso al segundo, piramidal, de   marmol   blanco   y      verde,   con   dos columnas troncocónicas alojando el tabernáculo abierto en medio. Inmediatamente encima, cuatro pequeñas columnas a cada lado conforman el espacio donde se venera la urna de plata cincelada  que contiene los  restos  del  Santo, flanqueándola    dos  cabezas    de elefante  cubiertas,  cuyos  colmillos  y    trompas descienden a lo largo del segundo cuerpo. A partir del recinto   de la   urna   una serie de cúpulas   orientales, doradas, se  elevan escalonadamente   hasta culminar en una pequeña bola de oro, sobre la que el mosáico representa a un angel que desciende portando la palma del martirio. 

 

 Sagrario altar de San Valentín

    

            Todo  el  conjunto   esta  elaborado   en  marmol,  con  abundantes dorados    y  constituye  en  si  mismo  un  conjunto  orientalizante     que contrasta  con  el  resto de la obra de Fabrica y  estilo  de  la Basílica.  Al igual que la urna que contiene las reliquias, fue costeado  mediante  las  aportaciones procedentes  de  todos  los vizcainos  

            La   noche del 27 al 28de Diciembre de 1.922   los   restos serian profanados, al igual que el Sagrario del altar mayor. Como reparación, el Obispado   organizaría   actos   de   desagravio,  a   los   que      acudieron sucesivamente  autoridades  religiosas y civiles, vizcainos   de todos los arciprestazgos y hasta la  mismísima  exemperatriz  de  Austria-Hungría, Zita , c on su hijo el  príncipe heredero.   

            Y junto al altar-mosaico de San Valentín, hay que mencionar también el de las Animas, junto al colateral de San Andrés. Levantado en 1732, se encajó en él el lienzo pintado por Lucas Valdes en 1705, posible donación de algún miembro de la colonia elorriana de mercaderes residentes en Sevilla.  Es también digno de destacar el "Ecce Homo" de la predela, de la escuela de Luis de Morales.

        

 

 

 Lienzo de las Animas (Lucas Valdes Leal, 1705)

 

   Detalle                                                          Ecce Homo

                          

PERSONAS QUE INTERVIENEN EN LA CONSTRUCCION DE LA BASILICA DE LA INMACULADA 
 
 Juán de Ibarra, hijo de Pedro de Ibarra, señor de la casa de Ibarra 
 Johannes de Urizar: , alcalde de Elorrio:
 Juán Otxoa de Urkizu, señor de la casa torre de Urkizu
 Juán de Garaizabal, maese obrador y cantero de Zenita
 Miguel de Anguren, cantero de Gazeta 
 Pedro de Urkizu, cantero del arrabal de Yuso
 Pascual de Iturriza, maese obrador, de Mutriku
 Juán Flamenco, vidriero, vecino de Bermeo
 Juán de Elexalde, pintor
 Maese Andrés de Mendraka, maese obrador y cantero 
 Pedro de Mazorriaga, cantero de Gazeta 
 Miguel de Ojanguren, carpintero 
Joan de Arrieta, carpintero
 Maese Martín de Homar, maese obrador
 Martín Ruiz de Zubiate, tallista
 Antón de Olalde, cantero 
Juan de Irazola, carpintero 
Juán de Rementería, maese cantero 
 Agustín de Zabala, donante del coste del coro
Juán de Barasaibar, maese cantero de Marquina 
 Domingo de Ibarluzea, carpìntero
 Pedro de Iturri, carpìntero
 Juan de Upategi, carpìntero 
Hernando de Eizagirre, carpintero
 Martín de Arrate, carpìntero 
Sancho de Monasterioguren, herrero
 Martín de Aramaiona, herrero
 Pedro    de    Ubera,    herrero 
Martin de Bolibar, herrero
 Miguel de Anguren, carpintero
Gabriel de Garaizabal, cantero
 Pedro Iñiguez de Berrio, alcalde 
Pero de Miota, Abad
 Pedro de Irazola, cantero
 Fray Bernardo de Ontiveros, obispo de Calahorra
 Juan   Perez   de   Galarza,   vecino
 Catalina de Arespakotxaga, vecina 
Gabriel de  Arespakotxaga, vecino
 Domingo de Urizar, cantero 
Sebastián de Berrio, cantero
 Antonio de Amezaga, carpintero
 Marina de Berriozabal, donante
 Jerónimo de Yermo, entallador
 Esteban Kapelastegi, tallista
 Lasuen, entallador 
Zabala, entallador
 Cornelio Schut, pintor flamenco afincado en Sevilla 
Francisco de Ugarte, fabricante de rejas
 Fausto de Ellakuría, fabricante de rejas
 Maese Joan, dorador
 Domingo de Kapelastegi, tallista 
Francisco de Burguia, tallista
José Gonzalez de Matauco, dorador
 Lucas Valdés , pintor sevillano, hijo de Juan Valdés Leal
 Martin Olaizola, arquitecto
 José de Alkorta, tracista
 Alberto  Churriguera, arquitecto
 Casimiro Arietaorbe, pintor
 Pedro Gallastegi, pintor
 Agustín Ruiz de Azkarraga, cantero
 Antonio de Barahona, tallista
 Antonio  de  Ontañón, escultor
 Manuel Villalongín, pintor
 Manuel de Ariznabarreta, tallista
 Raimundo Zabalo, vidriero 
Silvestre Soria, arquitecto
 Diego Martinez de Arce, arquitecto
 Antonio Jimenez y Etxebarría , dorador
 Marqués de Montehermoso, benefactor 
Agustín de Gastea, benefactor 
Juán  de  Garai,  benefactor
 Javier de Miguel, restaurado
r Juan de Munar, escultor 
Antonio Ruiz Gomez, dorador 
Luis  de     Foncueva,  dorador
 Ana Urretxa, restauradora
 Manuel Maria Smith, arquitecto
 Marcelino de Arrupe, arquitecto
 Larrañaga, albañil 
Lucas Valdés, pintor 
Luis Morales, pintor