QUINTO ENCUENTRO
OUINTO ENCUENTRO
Educación en la fe en la familia
¿OUE EDUCACIÓN OUEREMOS PARA NUESTRO HIlO-A?
1. ¿Cómo describirías lo que para ti es educar?
2. ¿Qué valores creemos que son imprescindibles para la educación de nuestro-a hijo-a?
3. ¿Quién o quiénes serán los responsables de esa educación?
4. ¿Participamos nosotros de alguna de estas actitudes?:
a) "No sé cómo hacerlo"
"Yo quiero educar a mi hijo, pero no sé como hacerlo ... "
ilas cosas han cambiado tanto!.
b) "Ya lo hacen otros"
"Yo ya mando a mi hijo-a a un buen colegio,
para que allí me lo eduquen ... "
e) "Mi mayor preocupación"
"Para mí, no hay nada más importante que la educación de mis hijos.
A ella dedico mis mejores esfuerzos ... "
PADRE NUESTRO
Padre nuestro,
que estás en el cielo,
santificado sea tu nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad
así en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas
como también nosotros
perdonamos a los que nos ofrenden.
No nos dejes caer en la tentación
y líbranos del mal. Amen.
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Señor y Dios nuestro:
Tú estás siempre cerca de nosotros;
seamos conscientes o no de tu presencia:
te aceptemos o te rechacemos.
Tú, Señor, estás cerca.
Cerca de las grandes zonas de la vida:
en la familia, en el trabajo,
en la amistad, en la educación de nuestros hijos.
Tú, Señor, estás siempre cerca de nosotros,
y te haces presente en los momentos fuertes de la vida:
en la alegría de tener un hijo,
en el dolor de perderlo,
en los apuros económicos,
en las crisis de nuestra fe,
en la felicidad conyugal y familiar,
en la enfermedad inesperada;
hasta en la misma muerte.
Haz Señor, que te sepamos descubrir
en todos los momentos de nuestra vida matrimonial y familiar.
(Loídi, adaptada)
PISTAS PARA EDUCAR EN LA FE A NUESTRO-A HIJO-A
El niño de 1 a 3 años
Psicológicamente
• El pequeño adquiere destrezas y algunos movimientos que le dan cierta libertad, su memoria se desarrolla, comienza el lenguaje. Habrá que hablarle con claridad y corrección.
• La dependencia afectiva de los padres es muy fuerte, la relación con otros es fuente de conflictos, al chocar con su egocentrismo, también le ayudará a comprender el compartir. Pone su afecto en los juguetes.
• A partir de los 2 ó 3 años, el niño comienza a diferenciar lo que está permitido y lo que no debido a las miradas y gestos de los mayores.
Educación en la fe
Tener en cuenta:
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La idea de Dios no brota por generación espontánea. Desde los primeros años de su vida se nota un principio de interés religioso. El niño se identifica con las actitudes religiosas de los padres -de la madre-. Es el momento de una religiosidad ambiental no personal.
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La necesidad de un ambiente familiar psicológicamente sano y equilibrado. Las actitudes religiosas son prolongación de las relaciones afectivas.
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La religiosidad derivaría de las necesidades de seguridad ante el miedo, ansiedad delante de los peligros, enfermedad... También el deseo de amor, la necesidad instintiva de dependencia, predispone al sentimiento religioso. Si en la familia no se crea un ambiente agradable, no se da el deseo religioso y, por tanto, el niño no desarrolla una verdadera religiosidad.
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No hablamos de enseñanza religiosa, sino de despertar religioso.
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Se trata de una educación religiosa fundamentalmente ambiental, familiar y "maternal". La madre educa en la fe no tanto con razonamientos sino por afectividad, así se echan los cimientos de la expresión y los sentimientos típicos de la fe personal.
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Los padres debéis despertar en el niño el sentido de relación con un ser superior, un Dios que se va conociendo por los actos y gestos de los mayores. Si el niño observa que sus padres hablan con alguien a quien no se ve, se arrodillan, besan la cruz..., recibe la mejor lección que nos podemos lrnaqínar.
Cuidad estas cosas en la familia:
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Estar junto al niño, jugar con él, reíd, buscad y explorar con él.
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Manifestarle el cariño con palabras y gestos de ternura. En estos gestos, implicar también a los otros hermanos y a las personas mayores que convivan con vosotros.
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Valorar su crecimiento, sus capacidades, sus pequeños logros, sobre todo a partir de los dos años,
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Acercarle, para que las visualice, a las "imágenes de Dios", en la naturaleza, en objetos sagrados, el belén de Navidad, etc ... y acostumbrarle a mirar la imagen de María y del Niño Jesús y a darle besos, etc.
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Procurar que el niño os vea rezar en familia y realizar algunos gestos religiosos ante él y en él, por ejemplo, la señal de la cruz.
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Haced algún acto de solidaridad, para que también el niño vea estos gestos.
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Contestad sencillamente y en verdad a las preguntas que el niño os puede hacer acerca de sus primeros descubrimientos.
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No intentéis enseñarles "cosas" sobre Dios, sino testimoniarle, con vuestra vida, el amor y la bondad de Dios.
El niño de 3 a 6 años
Psicológicamente
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El pequeño va adquiriendo una cierta autonomía.
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Crece y vive a gusto su experiencia de crecimiento. Conoce el nombre de las cosas y disfruta diciéndolo, tanto mas si vosotros lo valoráis y le expresáis vuestro aqrado.
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Se ha vuelto muy curioso y quiere saberlo todo. Lo que más le interesa es el "para qué sirve"; por eso define las cosas por su utilidad: "esto sirve para ... ",
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Desarrolla mucho la imaginación, y el mundo de los cuentos le parece tan real como el cotidiano.
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Su razonamiento es aún muy sencillo, las imágenes le impactan más que los discursos.
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Necesita que los demás presten atención a lo que hace. Tiene seguridad en sus padres que "todo lo saben y todo lo pueden", por eso los cita como autoridad y presume de ellos. En este periodo, aún no tiene moral propia como la que tiene el adulto. Por lo general se limita a realizar actos mecánicamente imitados.
Educación en la fe
Tener en cuenta:
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Hacia los 3 ó 4 años (edad de los porqué), surge en el niño la idea de Dios y se manifiesta por las preguntas que hace.
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Dios para vuestro hijo se convierte en un "ser sobre-humano" precisamente porque piensa que debe existir una causa de todas las cosas que lo rodean.
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La fe de los niños es la que perciben de sus padres. La fe se acepta por "autoridad" moral. El niño correlaciona las imágenes de ambos padres en la de Dios, proyecta sobre Dios la imagen del padre y de la madre.
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El niño presiente, poco a poco, a través de la bondad y de la autoridad de los padres, la fuente de una bondad más eficaz, o de una autoridad del mayor, a la que sus padres aluden y a quienes ellos se refieren.
¿Cómo continuar el despertar religioso?
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Descubrir las necesidades del niño para poder darles una respuesta adecuada. Por eso os citamos aquellos primeros pasos de apertura a la fe que, más tarde, los convertirán en personas creyentes que se acercan a la vida desde una visión de gracia y salvación. Por ejemplo:
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El cuerpo humano.
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La salud como regalo de Dios.
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Dimensión cristiana de las relaciones sociales y de la actividad humana.
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Colaboración del hombre con la creación de Dios.
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Primera iniciación.
La Catequesis Parroguial os acompañará en este proceso.